Una plataforma de red de entrega de contenido (CDN) ayuda a las empresas a hacer que sus sitios web, aplicaciones y contenido digital se carguen rápida y confiablemente al enrutarlo a través de una red distribuida de servidores. En lugar de depender de una única ubicación para servir a cada visitante, entrega archivos desde el servidor más cercano a cada usuario, creando una experiencia en línea más rápida y consistente.
Las empresas utilizan una plataforma CDN para mantener su presencia digital fluida y disponible, especialmente durante picos de tráfico o lanzamientos globales. Juega un papel clave en la estrategia al mejorar la experiencia del cliente, proteger la confianza en la marca y apoyar el crecimiento. Aunque los equipos de TI la gestionan, los equipos de marketing, comercio electrónico y producto se benefician de una entrega de contenido más rápida y segura.
Como parte de una estrategia más amplia, una plataforma CDN apoya el compromiso del cliente y el crecimiento de los ingresos al reducir la fricción en las interacciones en línea. Al garantizar la fiabilidad y la seguridad, fortalece la confianza en la marca y ayuda a proteger la continuidad del negocio. Las organizaciones a menudo la ven como una herramienta técnica y un habilitador clave del crecimiento y la resiliencia digital.
La plataforma resuelve problemas de amplio alcance, como tiempos de carga lentos, experiencias inconsistentes para usuarios globales, riesgos de inactividad durante picos de tráfico y exposición a ciberataques. Al almacenar en caché el contenido más cerca del usuario, equilibrar altos volúmenes de tráfico y ofrecer salvaguardas integradas como protección contra ataques de denegación de servicio, una plataforma CDN ayuda a las empresas a mantener la velocidad, seguridad y fiabilidad sin sobrecargar su propia infraestructura.
Las plataformas CDN pueden considerarse en dos categorías amplias: aquellas que se centran estrechamente en la velocidad y la entrega de contenido, y aquellas que evolucionan hacia plataformas de borde más amplias, integrando seguridad, análisis y computación en el borde. En cualquier caso, su papel en el ecosistema de software más amplio es consistente: se sitúan entre los servidores de una empresa y sus clientes, complementando los servicios de alojamiento, la infraestructura en la nube y las herramientas de seguridad, y asegurando que la base digital de la empresa opere al máximo rendimiento.
Para calificar para la inclusión en la categoría de Red de Entrega de Contenido (CDN), un producto debe:
Permitir el acceso a una red geográficamente dispersa de puntos de presencia (PoPs) en múltiples centros de datos
Ayudar a sitios web y aplicaciones a utilizar esta red para entregar contenido a los usuarios finales
Ofrecer servicios diseñados para mejorar el rendimiento de sitios web y aplicaciones, incluyendo almacenamiento en caché y reducción de latencia
Mantener servidores distribuidos a través de centros de datos para evitar sobrecargar cualquier instancia única
Soportar la entrega segura de contenido, incluyendo cifrado TLS/SSL